domingo, 24 de junio de 2012

La Espada de Caledor: Un Extracto

Hace unos días, The Black Library dió a los fans la opción de elegir entre dos extractos de este libro, y parece que eligieron el que tiene que ver con las habitantes de las junglas de Lustria, donde Tyrion y Teclis se enfrenta con algun tipo de hombre lagarto.

Las hojas húmedas golpearon a Tyrion en la cara, oscureciendo su visión. Algo pesado y escamoso y resbaladizo por la lluvia le golpeó.  El impusló le lanzó hacia atrás.
 

Instintivamente, se dejo ir con la fluidez del movimiento.  Aterrizando sobre su espalda sobre el suelo empapado, hizó una voltera y golpéo con su pie, emupjando hacia atrás a la cosa.
Unas mandíbulas llenas de colmillos se cerraron de golpe ante su cara. Algo chocó contra su pierna con una fuerza contundente. Captó por el rabillo del ojo algo verde y vagamente humanoide. Continuó rodando y con un salto se puso de pie.
 

Ahora de pie, con una hoja en la mano, Tyrion buscó a sus enemigos.
 

Su atacante desapareció en la maleza. Se parecía a un gran humanoide lagarto, corriendo de pie, equilibrándose con su larga cola. La cabeza era algo parecida a la de un dragón, con enormes mandíbulas poderosas y dientes enormes que parecía fácilmente capaces de desgarrar la piel hasta el hueso. 
 

Era uno de los sirvientes legendarios de los slann. Un guerrero de algún tipo, aunque armado de forma primitiva. En una mano escamosa agarraba una hacha de piedra adornada con plumas coloridas. Sólo la suerte impidió que la cosa le abriese la cabeza. Mientras observaba, la piel de la cosa cambió de color, alterando los patrones de las escamas para asi mezclarse con su entorno. El camuflage como un camaleón era lo que le había permitido acercarse tanto. 
 

El corazón de Tyrion latío más deprisa. Su respiración se intensificó. Tenía el sentimiento de que era afortunado por estar vivo. Juzando los cercanos ruidos de crujidos algunos de sus propios hombres no habían sido tan afortunados.
 

Miró alrededor para ver cómo le iba a Teclis.
 

El brillo de un conjuro protector rodeaba a su hermano. Un grupo de hombres lagarto le rodeaban, cerrando sus mandíbulas inmensas y golpeándole con sus hachas. Su equipo alquímico se encontraba disperso a sus pies. Su fuego estaba disperso. Hasta el momento, los conjuros de Teclis le había protegido de sus golpes pero era sólo cuestión de tiempo antes de que consiguieran hacerle algún daño.
 

Tyron corrió hacia adelante, desenfundando su espada. Su primer golpe separó la cabeza del cuerpo de uno de los hombres lagarto. Su espada alcanzó a otro en el pecho. Sangre de color verde fluyó y el aire adopto extraño sabor cobrizo.
 

El hombre lagarto chilló, los sonidos de su voz como el siseo de una tetera hirviendo hasta que la nota fue demasiado alta para ser oida por sus orejas. Tyron retorció su hoja, girando hasta que rozo una costilla. Se impulsó hacia adelante, intentando alcanzar el corazón pero no esta seguro de la disposición de los organos internos que podría poseer un hombre lagarto.  
 

De una cosa estaba seguro -estaba causando a la víctima una gran cantidad de dolor, juzgando la forma en que gritaba. Su cola se agitó alrededor, amenazando con golpearle con la fuerza de una maza. Saltó sobre el golpe, incluso mientras dos de los compañeros del hombre lagarto se le acercaban desde ambos lados.

La mano con una hoja de Tyrion es certera, pero ¿podrá incluso este guerrero legendario escapar de tal situación desesperada?. Descubrelo en La Espada de Caledor que se publica en Diciembre de este año. 

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